El próximo 15 de Enero, casualmente una semana con solamente cuatro estrenos, llegará a nuestros cines ‘El hijo de Saúl’, uno de los largometrajes más celebrados en el circuito de festivales de 2015, ganador del Gran Premio del Jurado y del Premio FIPRESCI en Cannes, y que seguramente dará mucho que hablar en los Oscar. Y no sólo por su temática sobre la II Guerra Mundial y el Holocausto.
Sí, el director debutante László Nemes, antiguo ayudante de Béla Tarr, toca un tema sensible que le gusta mucho a los de la Academia (véase ‘La lista de Schindler’, ‘El pianista’, ‘La vida es bella’…) pero en esta ocasión desde una perspectiva nunca vista: centrándose en los ‘sonderkommandos’, prisioneros de los campos escogidos por las SS para ayudar en el proceso de exterminación de judíos.
Así, la historia nos situa en el campo de Auschwitz en el año 1944. Allí, Saul es un prisionero húngaro que trabaja en uno de los hornos crematorios. En una de sus infernales jornadas, es obligado a quemar todos los cadáveres de los habitantes de su propio pueblo pero, haciendo uso de su moral, trata de salvar de las llamas el cuerpo de un joven muchacho a quien él cree su hijo. Desde ese momento, su obsesión será buscar un rabino para poder enterrarlo decentemente.
El actor protagonista es Géza Röhrig, quien se ha ganado varios elogios en esos festivales y cuya asombrosa interpretación nos lo hará pasar realmente mal. O eso dicen. Levente Molnár, Urs Rechn y Todd Charmont completan el reparto de este prometedor drama húngaro.
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