Seleccionar página

Los tiempos cambian. Echando la vista atrás vemos como la inocencia del Spider-Man de San Raimi y la madurez del de Marc Webb se quedan en nada ante esta nueva versión de John Watts. Aquí tenemos un Spider-Man del siglo XXI que no sabíamos que queríamos pero que necesitábamos. Y todo gracias a dos personas: Jon Watts y Tom Holland.

El realizador sabe a la perfección cómo sacarle partido a un buen reparto juvenil e impregna a la cinta de un tono fresco, irreverente, con guiños al mundillo Vengadores y con un sorprendente humor adolescente que prácticamente forma parte de las bases de la cinta. Y seamos claro, tanto humor podría haber acabado siendo excesivo o ridículo, pero en lugar de eso nos deja una de las películas Marvel más divertidas y un secundario (el amigo de Peter) de lujo.

¿Qué decir de Holland? Él es Spider-Man. Lo clava a la hora de aportar la chispa y energía adolescente que le hacía falta a Spidey y que lo deja más cómodo y natural que en las versiones de Garfield o Maguire. En el colegio, en su día a día siendo Spider-Man, junto a Tony Stark (que no sale tanto como pensaba), probando los gagdets del traje; ves en sus ojos las ganas y la ilusión de comerse el mundo. ESO es ser un adolescente.

Pero haría algo más a parte de un buen actor, ya que la cinta tiene una historia, que a pesar de tener bajones de ritmo y que se noten sus 120 minutos, iremos viendo in crescendo los conflictos de Peter Parker, su obsesión con ser Spider-Man y esas no siempre tan buenas decisiones que toman siempre los adolescentes y que luego tienen que aprender una sabia lección para madurar.

Otro punto fuerte es el tema villano, que era una de las carencias de las cintas de Marvel. Pero aquí Buitre (que tanta perece daba al principio) acaba siendo de los mejores del Universo Marvel. Entiendes sus motivaciones, son cercanas, empatizas con él y hasta te das cuenta que no se diferencian tanto de las de Peter Parker, haciendo que el duelo villano-héroe sea peligroso y contundente. Es más, su clímax no está en las escenas de acción (destripadas desgraciadamente en los tráilers) sino en una escena dialogada de coche. FLIPANTE.

En resumen, ‘Spider-Man: Homecoming’ no es perfecta, pero resulta ser tan entretenida y estimulante que a los chavales seguro les despertará algo dentro. Y a los más mayores les sacará de dentro aquel niño que quería pasarse horas de leyendo cómics o viendo series de televisión de sus superhéroes favoritos mientras sus madres les hacían un bocata de nocilla.

Lo mejor: El humor y el clima juvenil.

Lo peor: Los 120 minutos hacen mella en el ritmo.

Baldómetro:  Muy Buena 5/5