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Sábado. Fin de semana. Por fin llego a Sitges sin prisas. Quizás era porque no tenía que ver ninguna película, pero todo fue según lo previsto. Bueno, casi todo. Mi visita era para una cosa: la rueda de prensa y presentación de la primera serie de terror en realidad virtual ‘Campfire Creepers’, dirigida por Alexandre Aja y contando con el grandísimo Robert Englund en su primer episodio.

 Samsung Sitges Cocoon

Antes de la presentación oficial con su photocall y demás, en el interior del hotel Meliá (concretamente en el Sitges Industry Area) tuvo lugar una conferencia donde se analizó de la mano de Englund, Aja y un Jaume Balagueró tocado por las críticas de ‘Musa’, el impacto de la tecnología de realidad virtual en el cine del futuro. Está claro que la realidad virtual ha llegado para quedarse como un nuevo lenguaje cinematográfico para los contenidos de corte fantástico y de terror.

El titular de la conferencia nos lo dejó Englund, quien a sus 70 años y más de cuatro décadas en la industria del cine, no ha tenido reparos para afrontar nuevos retos en su carrera. Englund comentó que a diferencia del cine convencional en los rodajes de realidad virtual “Todos estamos a las órdenes de la cámara». Al menos aquí en 11 cámaras Black Magic en 4K.

Englund seguía: “El mayor desafío como actor es mantener la emoción del personaje entre toma y toma”. Al trabajar con más lentes, en este caso 11 cámaras de 4K que había que limpiar o preparar, el actor pasaba mucho rato esperando entre toma y toma (hasta 45 minutos) y en esa espera había que conservar la energía del principio y ser receptivo a nuevas ideas que aportaba Aja tras ver lo grabado.

Entre la complejidad que actualmente plantea la realidad virtual en el cine se encuentran varios problemas: de narración (elegir donde quieres que vea el espectador), de presupuesto (los 12 minutos que dura el episodio son 40 TB de información), iluminación (ha de ser real y jugar con la madre naturaleza), sonido (envolvente para seguir quien habla) y o montaje (tiene que estar todo bien ensayado). Aunque también tiene ventajas, ya que como se graba en 360º el equipo de rodaje prácticamente desaparece de la escena y los actores no tienen tanta presión.

Sin embargo, Aja confía en que en uno o dos años la tecnología irá avanzando y será mucho más fácil consumir este tipo de cine. Él ha apostado claramente por la VR como una forma de realización con la cual explorar los límites de la narrativa convencional y ha confirmado que seguramente habrá segunda temporada de ‘Campire Creepers’ con unos 4 o 5 episodios. Esta primera sólo son dos.

Presentación de ‘Campire Creepers’ en VR,

Las referencias de una serie como ‘Campfire Creepers’ remiten claramente a los años 80, cuando precisamente Freddy Krueger atemorizaba a los jóvenes mientras dormían o con otros títulos como ‘Poltergeist’ o ‘Cuentos de la cripta’. En cada uno de los episodios, el espectador se introduce dentro de un grupo de chicos que cuentan historias inquietantes frente a un fuego de campamento. Uno de ellos empieza a explicar el relato y, de repente, nos metemos de lleno en la acción para experimentar el horror en nuestra propia piel.

En Sitges la presentación fue por todo lo alto: photocall con buenísima puesta en escena, picoteo para la prensa y una sala con 25 asientos preparados para ver el primer episodio con las gafas de Samsung. Y eso hice. El problema no está en la historia o en la inmersión, dos cosas que cumplen de fábula, el problema está en la calidad de las imágenes. La tecnología de Samsung aún está en pañales y se ve borroso y muy pixelado. Igual que el año pasado.

En el photocall actor y director también posaron con los niños que se cuentan historias alrededor del fuego. Parece que sus padres tuvieron dos dedos más de frente que los protagonistas de Stranger Things que no pudieron asistir al festivl y tuvieron que cancelar el evento debido a la situación política que tenemos por tierras catalanas estas semanas. Ellos estaban encantados de estar ahí, oye.

Y para acabar lo más surrealista de la mañana. Me explico. Ya que teníamos a Robert Englund por el festival yo andaba como loco por una foto con él. Mira que hubieron momentos, pero por una cosa u otra no pudo ser. Resignado me dirigí a catar el episodio. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando al acabar me quité las gafas y vi a Englund a un palmo mio haciendo de las suyas con una cámara de televisión.

Vamos, que le estaban entrevistando A MI LADO y yo empanado con el corto cuando podía haberme parado y haberme hecho una foto con él. Y tras ver el episodio no pude porque tenía que estar en otro sitio. Pero bueno, esa misma noche me avisaron que mi cuerpo serrano salió en las noticias de Antena3 porque Englund… ejem… me trolleó un poco cuando estaba con las gafas. FLIPANTE.