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Cada vez que la compañía del ratón animado, Disney/Pixar, nos anuncia una película nueva esperamos de ella que acaben aflorando todas nuestras emociones, desde la alegría hasta la tristeza. Desde que se presentó el proyecto hace unos años, la expectación ha sido enorme, quizás algo superior a anteriores ocasiones debido a la dificultad que proponía al centrarse en el Día de Muertos, una tradición típica mexicana que se produce en lo que muchos conocemos como Halloween o Castañada, en función del territorio.

Se trata de la decimonovena película de la empresa, pero se empezó a desarrollar hace 7 años y su proyecto fue aprobado por John Lasseter (saga ‘Toy Story’ o ‘Cars’) antes de tener un guion. Miguel es un joven mejicano que sueña con convertirse en una leyenda de la música, aunque toda su familia va en contra y quiere que se dedique al negocio familiar. Su pasión lo llevará a adentrarse en la Tierra de los Muertos para descubrir su verdadero linaje.

Esta película es un festival de colores, música, humor, sentimientos, pero sobretodo un homenaje a aquellos que ya no están aquí y cómo la familia unida los recuerda. En su conjunto resulta una carta de amor hacia las tradiciones mejicanas, dando a conocer su folklore y cultura al mundo. La mayoría de escenas evocan emociones y su técnica sorprende, gracias a lo bien que encaja con la temática.

Toda esta paleta de luminosos colores casan a la perfección con la melodía que la acompaña y el perfecto equilibrio con las canciones, pese a tratarse de
un film de Disney y enfocado a la música, no peca en exceso de ellas. Por otra parte está el diseño de los personajes, creados con mucho mimo y cariño, muestran su faceta más tierna y hacen que uno desee tener una familia tan unida y completa.

Sin embargo, tengo que decir que quien más me ha cautivado es el perro que acompaña al protagonista; Dante es pura energía, aporta una magia única, alegría, fascinación y curiosidad, que dan la vida. Sin él la historia perdería fuerza, no es una simple mascota, se trata del entretenimiento que consigue ocultar las lágrimas en los momentos crudos. Eso sí, Miguel es un niño adorable y encantador, totalmente transparente que muestra su alma cuando toca (aunque la magia reside en la facilidad de Michael Giacchino para crear grandes composiciones casi sin despeinarse).

Pixar logra reconvertir su fórmula, aplicando las pinceladas que siempre le han funcionado en todos sus films y logrando mostrar un tema controvertido, como es la muerte, de manera simpática, sin otorgar miedo, ya que el Día de Muertos, no es una fiesta de zombies ni nada por el estilo. Además, su ambientación logra deshacer esos prejuicios y tabús, pasando a ser un espectáculo sin más dilación.

Aunque no todo es positivo, ya que en esta ocasión, el personaje malvado queda desdibujado y en un segundo plano sin llegar a profundizar demasiado y resolviendo el conflicto de manera poco espectacular. Para muchos el film recordara a otros del estudio y uno más, que intenta sacar las lágrimas sea como sea. Tal y como su director, Lee Unkrich (‘Monsters, Inc.’ o ‘Finding Nemo’) ya hizo con ‘Toy Story 3’. Además, pese a que inicialmente parecía una historia muy similar al film de animación producido por Guillermo del Toro (‘The Shape of Water’ o ‘Pacific Rim’), ‘El libro de la vida’ (2015) ha quedado demostrado que no tiene nada que ver, simplemente ambos tienen como leitmotiv la música y lo sobrenatural.

Si vamos más allá del guion del film, podemos entrever la crítica social hacia la importancia de la familia y el conflicto entre el país protagonista y el vecino, capitaneado por Trump. Reivindicando así los lazos existentes entre México y EEUU, con un mensaje implícito de hermandad especialmente en estos tiempos agitados.

Lo mejor: Los coloridos escenarios, el equilibrio entre música, sentimientos y historia. El carisma de los personajes es notable.

Lo peor: Pixar reinventa la fórmula, pero se traba al definir al personaje malvado.

Baldómetro: Muy buena 5/5