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Parte 4: Elementos del tráiler

Como películas en miniatura que son, los tráilers contienen una serie de elementos que las conforman y que casi siempre aparecerán en ellos. Hay unos cuantos, pero los más importantes son la música, la voz en off y la calificación de edades. ¡Vamos a por ellos!

La música, que ayuda a establecer el tono del tráiler, casi nunca pertenece a la banda sonora de la película y suelen provenir de otras películas, ser música popular, música de librería o música compuesta específicamente para el trailer. Las más usadas son las músicas de librería y las bandas sonoras de otras películas. Hay muchas compañías que crean música de librería (X-Ray Dog, ‘Future World Music’, etc…) pero sin duda la más importante es ‘Inmediate Music’, una compañía de música orquestal que lleva desde 1992 componiendo música para tráilers, de las cuales se pueden destacar las canciones ‘Redrum’, ‘Tightwire’ y ‘Naked Prey’, que se han usado con infinidad de películas.
 
 

Por lo que respecta a las bandas sonoras de otras películas hay cinco que sobresalen por encima de las demás con las siguientes canciones: ‘Lux Aeterna’ de Clint Mansell para la banda sonora de ‘Requiem por un sueño’, ‘Bishop’s Countdown’ de James Horner para la banda sonora de ‘Aliens’, ‘Fire in a Brooklyn Theatre’ de Randy Edelman para la banda sonora de ‘Bienvenido al paraíso’, ‘Burn It All’ de Hans Zimmer para la banda sonora de ‘Llamaradas’, y ‘Almost Martyrs’ de Alex y Jake Parker de la banda sonora de ‘La vida de David Gale’.

Eso sí, pese a que las más usadas sean de librería o de bandas sonoras, dejadme destacar las canciones de ‘E.S. Posthumus’, un grupo musical especializado en música de corte cinematográfico formado en el año 2000 por los hermanos Helmut y Franz Vonlichten que han abastecido un sinfín de tráilers usando sus mejores canciones: ‘Ebla’, ‘Nara’, ‘Tikal’ y ‘Pompeii’. Preciosas, míticas y potentes.

La voz en off se utiliza para establecer brevemente el argumento de la película y ayudar al espectador a situarse dentro de la historia. El equipo técnico de la película (actores, directores, productores o guionistas), los aspectos técnicos (technicolor, cinerama, cinemascope; hoy el 3D), las críticas de la película, nominaciones o premios (Globos de Oro, Oscar…). Desde el tráiler de ‘El enigma de la iguana’ que he comentado en el otro artículo, las voces en off de los trailers siempre suelen ser profundas y con tonos que llamen mucho la atención del público.
 
 

Probablemente las voces más conocidas en los trailers en Estados Unidos son las de Ashton Smith, Hal Douglas y Peter Cullen y el grandísimo Don Lafontaine. Éste último murió en 2008 después de empezar en esto del doblaje en los años 70 y su voz es considerada como ‘la voz de los tráilers’. Con más de 5.000 trailers en su haber y 750.000 anuncios de televisión Lafontaine no sólo destacaba por su característico tono sino por su gran sentido del humor y la capacidad de burlarse de si mismo, de su trabajo y la industria a la que pertenecía. Un grande donde los haya.

En España tenemos grandes actores de doblaje y grandes voces, como Constantino Romero, Ramón Langa, Pepe Mediavilla o Manolo García (la voz de Grissom en ‘C.S.I’), y durante muchos años se les ha reconocido su labor y calidad, sin embargo, la voz en los trailers nunca ha sido tan importante como en Estados Unidos y no se puede decir que tengamos una “voz” que todos recordemos. Aún así me quito el sombrero ante todos ellos porque todos hemos crecido escuchándolos y son grandes profesionales.
 
 

Y para acabar: la calificación de edad, que sirve para determinar si una película o tráiler es idóneo para un determinado público ya sea por su temática o contenido. En Estados Unidos la MPAA, es decir la Asociación Americana del Cine, por sus iniciales en inglés, creó una forma de saber la calificación en los tráilers, y ésta aparece al principio de ellos con el mítico cartelito verde o rojo.

Actualmente las películas reciben una de estas opciones: G, para todos los públicos; PG, para todos los públicos pero el contenido puede que no sea adecuado para menores de 6 años; PG13 para los mayores de 13 años, y que los menores de edad la pueden ver pero quedan avisados; R, para los mayores de 17 años y que los más jóvenes sólo pueden entrar en las salas si van acompañados de alguien mayor; y NC-17, que es la antigua X, y que prohíbe la entrada a menores de 17 años.
 
 

En nuestro país, y tras un cambio que hubo hace un par de años, encontramos las siguientes calificaciones de edad: Apta para todos los públicos, No recomendada para menores de 7 años, Especialmente recomendada para la infancia (Esta clasificación se añadirá a una de las anteriores cuando se trate de películas con contenido narrativo y visual destinado a este público objetivo), No recomendada para menores de 12 años, No recomendada para menores de 16 años, No recomendada para menores de 18 años y película X, prohibiendo el acceso a los menores de dieciocho años.

Todas las cadenas mayoritarias de exhibición exigen que las películas y los tráilers lleguen a sus manos con una de esas calificaciones. Y lo hacen con un papelito, que llega dentro de sus cajas naranjas o mediante e-mails, en el que se especifica, entre otras cosas, su calificación de edad.  ¿Y quien decide la calificación de cada una? Pues la Comisión de Calificación de Películas Cinematográficas integrada por cinco hombres y cinco mujeres que no tienen nada que ver con la industria y que se supone que representa el espectro general de los espectadores españoles.
 
 

Esta comisión se encarga de visionar todo lo que se va a exhibir y realiza una consideración previa en función de su criterio personal. El dictamen resultante es una recomendación, no obligatoria, que deberá ser confirmada por el director del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA). Este sistema de clasificación, que se engloba dentro de la conocido popularmente como Ley del Cine, suele acertar con sus criterios y tener bastante sentido común, pero a veces salen casos tan bochornosos como el que ocurrió con ‘Saw VI’, que no se pudo estrenar en salas comerciales por ser calificada como película X.

En Estados Unidos ocurre lo mismo, pero ahí son más rígidos en su sistema de calificación y los elegidos para calificar las películas tienen una forma de tabularlas muy concreta y, en ocasiones, ridículas: la violencia cada vez tiene más pase, pero si en pantalla se ven tetas, culos o, Dios nos libre, una vagina o unos testículos, esa cinta queda sentenciada a R, o una NC-17 en casos extremos. Y luego están las palabras malsonantes: si en los diálogos hay un solo fuck, puede tener una PG-13, pero en el momento en que hay mas de uno y se pasan de la raya la cinta queda sentenciada con una R, como pasó con ‘Billy Elliot’ o ‘El discurso del Rey’.

Pa’ flipar.

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