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El segundo día pintaba bien: tarde relajada con la familia y a la noche a disfrutar del festival gore y canibal de Eli Roth con ‘The Green Inferno’. Pero todo pegó un giro de 180 grados cuando me planté en el Auditori y vi que se había acumulado un RETRASO de casi 1 hora. Con lo que ya perdía el tren de la 1:30h y mi posibilidad de ver la peli de Roth (de las más esperadas del festival) se esfumaban con él. Un RETRASÓN imperdonable que no puede formar parte de un festival así. Un RETRASÓN que hace perder tiempo, dinero y ganas al fan. Un RETRASÓN que en definitiva te da ganas de enviar todo a la mierda.

La protocolaria foto de cada año. Para que no penséis que no he ido… xD

Pero bueno, una vez tranquilizado, y en Barcelona, aproveché los siguientes días para verme unas pelis en casa. SIN RETRASOS. El segundo, tercer y cuarto día cayeron: ‘Drug War’, y ‘Frankenstein’s Army’. Y el tercer día me acerqué a ver ‘Proxy’ al Retiro. No todo fue en casa, gente.

Crítica de ‘Drug War’. Una guerra muy bien orquestada de policías y ladrones.

Sin expectativas, casi sin ganas y sin saber muy bien de que iba, pero resulta que ‘Drug War’ se ha convertido en una de las mejores películas del festival. Pim, pam. Johnnie To nos cuenta la clásica película de policías y ladrones, sí, pero está tan bien orquestada, planeada y montada, que la película nos atrapará y nos pegará a la butaca.

Es cierto que la acción tarda en aparecer (pero cuando lo hace es contundente) y que no es la protagonista, pero como os he dicho, está tan bien parida que realmente no nos importa. Sólo queremos seguir los pasos del jefe de policía y ver como se desarrolla toda su operación para atrapar a uno de los jefazos de un cártel de la droga. Te la crees, te atrapa y no te suelta. Así queremos sentirnos en el cine.

Lo mejor: El sentido del ritmo que tiene. ¡No te da un respiro!

Lo peor: Las escenas de acción son escasas, para mi gusto claro.

Puntuación: Buena, buena 4,5/5

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Crítica de ‘Proxy’. La cara oculta, perturbadora y lenta de la maternidad.

Proxy’ empieza muy heavy y contundente (se me han puesto los pelos de punta a lo ‘A Serbian Film’) pero luego se desinfla tan rápidamente que con esta cinta he tenido la primera decepción del festival, convirtiéndose en un telefilme de sobremesa. Actores incluidos. Eso sí, pese a su lentitud y el aburrimiento genérico, reconozco que Zack Parker ha hecho un perturbador cóctel de dolor, obsesión y locura que demuestra de forma más extrema lo que es la cara oculta de la maternidad.

Pero no funciona. La propuesta es muy interesante, pero la ejecución es fallida. Lo único que Parker ejecuta a la perfección es un uso de la cámara lenta para mostrar un gore exquisito. Un acierto al instante. Pero todo lo demás es flojo. La cinta te deja una sensación malrollera, pero antes de eso te tienes que tragar bastante metraje lento y aburrido. Y no compensa la espera, la verdad.

Por cierto, aún no sé porque me he metido a verla cuando hace 2 meses que he sido padre… xD

Lo mejor: El impactante inicio.

Lo peor: Los muchos momentos aburridos y lentos.

Puntuación: Regular 2,5/5

El director Zack Parker y la actriz Kristina Klebe presentando la peli en el Prado.

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Crítica de ‘Frankenstein’s Army’. Las criaturas bizarras de los Nazis.

Si el año pasado los Nazis estaban escondidos en la cara oculta de la Luna en ‘Iron Sky’, ahora los Nazis, bueno, concretamente un doctor muy loco llamado Víctor Frankenstein, la está liando parda en una base secreta. Allí ha conseguido crear un ejército de supersoldados formados por partes cosidas de los camaradas caídos. Como resultado encontramos a toda una serie de monstruos bizarros con partes de cádaveres y artefactos variopintos como pinzas, espadas, ventiladores o motosierras. Un diseño artístico muy freak y steampunk que funciona a las mil maravillas. A lo Silent Hill, vamos.

Esto es lo que nos da el debutante Richard Raaphorts, que cámara en mano (un recurso que queda cojonudo dándole verosimilitud) nos propone embarcarnos en un bizarro y loquísimo viaje acompañando a los soviéticos que se ven metidos en ese laboratorio nazi. La primera parte es como un documental bélico, como si de verdad fueran imágenes de archivo, y la segunda, cuando empieza la bueno y la locura, es como estar jugando a un videojuego. Es tan loca y surrealista esta parte que es imposible tomársela en serio. Pero bueno, es corta, es entretenida, es MUY gore. Sin duda, una cinta perfecta para el festival.

Lo mejor: El diseño artístico y que  sea en primera persona.

Lo peor: A partir de la mitad es imposible tomársela en serio.

Puntuación: No está mal 3/5