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Cuarto día para mi, pero quinto del festival. ¿Por qué? Pues porque si seguisteis mi día a día sabréis que ayer Domingo me lo pasé frikeando en el Barcelona Games World junto a mi hija Alexandra. Un día perfecto, aunque me ha dolido un poco perderme ‘Revenge’, ‘Thelma’ o ‘The Ritual’. Eso sí, lo he compensado en creces con el visionado de ‘Brawl in Cell Block 99’. Tanto, que he improvisado su rueda de prensa con un imponente Vince Vaughn.

Sitges Awards: 4) Ver película en Auditori en la fila 3.

 ‘BRAWL IN CELL BLOCK 99’, la espiral de violencia del pápa Vaughn.

¿De qué va?  Bradley es un exboxeador desesperado que acepta trabajar transportando droga para un antiguo colega. Tras un tiroteo entre la policía y los narcotraficantes, Bradley acaba malherido y en prisión. Allí, sus enemigos le obligarán a cometer acciones violentas que convertirán el lugar en un campo de batalla con tal de salvar a su mujer embarazada.

¿Quién la hace y quién sale? El norteamericano S. Craig Zahler, capaz de parir un western caníbal de la talla de ‘Bone Tomahawk’ (2015), escribe y dirige esta espiral de violencia encabezada por Vince Vaughn junto a Jennifer CarpenterDon Johnson o Udo Kier, ganador este año de un Premio Máquina del Tiempo.

Mini crítica: Posiblemente sea una de las películas del festival. Sí, he visto poco este año, pero es que lo que ha creado Zahler tiene todos los ingredientes para que los fans de Sitges la recibamos con un abrazo y una sonrisa de placer en la cara como hemos hecho esta mañana.

La cinta se toma su tiempo en arrancar, ya que se centra en los personajes (su pasado, su relación entre sí…), les deja respirar, pero en ningún momento llega a ser aburrida gracias a sus interesantes diálogos y la brutalmente contenida interpretación de Vaughn. Ya os  lo digo ahora mismo: LA MEJOR interpretación de su carrera.

Le hemos visto mil veces en comedias (buenas, malas y horribles) pero el tour de force que se marca dando vida a este antihéroe sufridor es de traca. Debido  a una brújula moral muy definida en pro de la familia, poco a poco su personaje irá entrando en una espiral autodestructiva rodeado de váteres malolientes, celdas que Amnistía Internacional no aprobaría y unos guardias demasiado juguetones. Eso sí, en una cuidada dirección y fotografía.

Pero sin duda lo que más destaca de la cinta es su contundente, seca y gore violencia cuando menos te lo esperas. Es cierto que la catarsis llega en el tercer acto, pero a lo largo de la película iremos viendo diferentes perlas donde por primera vez los 2 metros de altura de Vaughn sirven de algo. Y no me refiero sólo para escuchar como se rompen los huesos del cuerpo en peleas la mar de reales.

Baldómetro: Muy Buena 5/5

De la rueda de prensa, además de comprobar que Vaughn es alto de cojones y que Udo Kier es un cachondo mental (en un momento ha comentado que le gustaría encarnar a un villano transexual en silla de ruedas que trabaja en una hotline), no se han sacado muchas perlas. Las numero que así es más fácil:

1) A Zahler no le gustaría rodar si tiene que renunciar al control creativo, así que poco lo veremos trabajando para los grandes estudios; 2) Vaughn tuvo que practicar movimientos de boxeo para sus escenas más elaboradas.