Después de quedarme en casa el día anterior tocaba volver a Sitges 2024 por última vez. Pero bueno, fue un día decente: película de clausura, palmarés y a la noche copichuelas con los amigos.

NEVER LET GO: No inventa nada nuevo, pero su dirección segura, su mitología propia y una atmósfera muy cuidada la convierten en una de las mejores clausuras de los últimos años. Tiene su dosis de terror, un toque reflexivo bien dosificado y, sorprendentemente, dos niños que actúan con una madurez poco común. No es para todos, pero si entras en su juego, ENTRAS.
Baldómetro: Buena (4/5)

Resumen del palmarés oficial

El Festival de Sitges 2024 premió como mejor película a The Devil’s Bath de Veronika Franz y Severin Fiala, que también ganó el Premio de la Crítica y del Jurado Joven y que como es un clásico no vi. Aunque también hay que decir que no me llamaba mucho, la verdad. ¿Qué dicen de ella? Que es un visionado fascinante, opresivo y muy palpable en parte gracias a su puesta en escena.
Recordad que el jurado estuvo compuesto por cinco destacados profesionales: Lisa Dreyer, directora del Fantastic Fest; Stephen Thrower, crítico y autor especializado en cine y música; Christophe Gans, cineasta francés y homenajeado del festival; Fred Dekker, director y guionista estadounidense; y la directora española Carlota Pereda.

Volvamos. La Mejor Dirección fue para Soi Cheang por Twilight of the Warriors: Walled In, y los premios de interpretación recayeron en Kristine Froseth (Desert Road) y uno ex aequo en John Lithgow y Geoffrey Rush (The Rule of Jenny Penn). Strange Darling se llevó el de Mejor Fotografía y fue elegida por el público como su favorita, Aaron Schimberg ganó el de Mejor Guión por A Different Man y el de Mejor Música se fue a casa de la irlandesa Die Hexen por Fréwaka.

Conclusiones personales de Sitges 2024
Ha sido un año muy raro. Lo que pensaba que sería, no fue (no puedo dar más detalles), así que tuve que buscarme la vida. Y buscarse la vida significó, ya lo sabéis, vivir Sitges 2024 como público. Me gusta probar las cosas para saber si repetir, y ya os digo que no vuelvo a ir de público nunca más.
Me gusta el cine y ver cine, pero también me gusta hacerlo en las mejores condiciones posibles. Llamadme señor mayor, no sé. Con las entradas que compré y el sitio donde me hubiera tocado sentarme, eso no es ver cine en condiciones. Lo digo en condicional porque, al final, aunque tenía asiento numerado, me sentaba con mis compañeros de prensa que tenían una mejor zona. Pero así no se hacen las cosas.
Menos mal que siempre están los amiguetes del Festival para sacar de un apuro y para despedir una edición rara. Sí, fuimos a la clásica fiesta de voluntarios para pasarlo bien un rato.
Para acabar, os dejo unas fotos para que veáis la mala ubicación que me habría tocado este año. Ni una buena, todo por no tener abono y comprar las entradas días antes que el público general.



